domingo, 30 de noviembre de 2014

Pa que frío si no hay abrigo




Pa qué frío si no hay abrigo
Por Gloria Guerrero
Un mediodía, ya un poco lejano en el tiempo, llegué por razones de mi trabajo reporteril a unas áreas de cultivo de arroz, ubicadas en la zona de Jucarito, municipio de Río Cauto. El calor era espantoso y los obreros del lugar se habían guarecido debajo de la carreta-comedor. También hizo lo mismo nuestro equipo de televisión. Era el 17 de abril de 1999 y aunque en ese momento no lo sabíamos ,  los termómetros estaban marcando 38,8 grados Celsius, record nacional de calor.
Ese recuerdo, grato pero sofocante, de mis andanzas de reportera, me hizo sonreír esta tarde, cuando vi pasar por mi puerta personas bien abrigadas creo que excesivamente porque aunque ha refrescado, aún no se puede decir que hace frío…. Es cierto  que en estos días ha disminuido un poco la temperatura en el oriente cubano, sólo un poco, digamos que 29 grados Celsius, lo que ya es un alivio para quienes estamos habituados a andar entre los 34, 35 y 36, como algo normal.
Pero sucede que por esa misma razón es todo un acontecimiento y un motivo especial para vaciar el guardarropa con seguro aroma a guardado, combinar chaquetas y bufandas ahogadoras y darnos, sin dudas, un toque de elegancia invernal, aunque mi vecina Mercedes, que no cree en ventoleras, se asome a su balcón y se ría junto conmigo de algunas exageraciones de los transeúntes.
Según pronostica nuestro Instituto de Meteorología y cito.:” A consecuencia del efecto invernadero intensificado en la atmósfera terrestre, el clima de Cuba será más cálido y extremo, mientras desde mediados del pasado siglo la temperatura media superficial del aire en Cuba subió en 0.9 grados Celsius como promedio, incremento favorecido por la elevación en alrededor de 1.9 de la mínima.”
Sin embargo, los orientales suspiramos por el frío, quisiéramos que aquí “silbara el mono”, literalmente nos molesta que los frentes fríos se disipen por allá por occidente, que los abrigos se nos pongan polillosos en los armarios sin que se nos de un chance de anudarnos al cuello esa bufanda linda que ya probablemente ni se usa.
Tiempo bueno para los enamorados, los que se acurrucan en los parques aprovechando el céfiro, la brisita instántanea y efímera de estos días en que se acercan además, las festividades de fin de año… así que a disfrutar lo poco que nos llega, mientras tanto, yo seguiré riéndome de vez en cuando con mi vecina Mercedes cuando dice: “Pa que frío, mujer, si no hay abrigo”



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