En el
espíritu de todas las cosas
Por:
Gloria Guerrero Pereda
En esta isla que llamamos Cuba, el sol no
nace sin olores. Apenas despunta el cantío del gallo y aunque usted no lo
escuche porque vive en la ciudad y a veces allí “no suenan”, se levanta como si
saliera de la propia tierra el aroma inconfundible del café recién
colado….cumple la cubanía con su primera regla de oro.
Usted podría pensar que Cubanía es algo
material, pero no, no lo es, es algo tan etéreo como el aroma del café recién
colado, pero tan fuerte y profundo que hasta duele cuando uno despierta en otro
país, porque allá (y allá es cualquier parte del mundo) el café no huele ni
sabe igual, el puerco asado no es el mismo, las yucas pueden hasta ser mejores,
pero les falta, les falta algo que no se puede explicar.
Si a eso le agrega un congrí hecho en fogón de leña, unas mazorcas de
maíz asadas, chicharrones, harina de maíz tierno, tamales y ajiaco, entonces el olor es el más rico y
apetecible porque usted lo trae en la sangre desde los tiempos del encontronazo
entre españoles y aruacos, donde cada uno agarró lo que pudo y comenzó una
mezcla aderezada con el aporte africano de los picantes, plátano, quimbombó, ñame,
ajiaco y congrí con el té traido de China, la sopa, el arroz frito,
maripositas, palomitas,vegetales, salsas y condimentos.
La Cubanía es una vocación, ha dicho Miguel Barnet, prestigioso
intelectual cubano, y no he oido hasta ahora definición más clara y acertada
que esta frase, que por supuesto, encierra otras muchas muestras como es la
rebeldía genética del cubano, su apego a la patria,a su himno, a su bandera,
ese ser solidario en cualquier circunstancia, esa forma de ser y de pensar, de
reirse hasta de sus propias desgracias.
Entonces Cubanía es mucho más de lo que usted piensa, no es material,
no señor, pero está en el espíritu de todas las cosas, en los colores en los
sonidos y en los olores, esos que se levantan al amanecer desde la propia
tierra cubana, como el aroma etéreo del café.
Nota:
Miguel Barnet ..Novelista, ensayista y poeta cubano. Presidente de la
Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y de la Fundación Fernando Ortiz