jueves, 25 de septiembre de 2014

HAITÍ, la mirada incómoda.



 Haití, la mirada incómoda
Por Gloria Guerrero.
Cualquiera puede hablar de Haití, en bien o en mal.
No pasa nada.
Es como una sentencia, como algo sabido, como algo que dejó de ser noticia….Fue sólo el susto de aquel 12 de enero de 2010 cuando el terremoto se llevó la vida de más de 200.000 personas  y dejó más de 700.000 refugiados…..enero tenebroso en que cada cual pensó y si aquí pasara?...todavía olía a muerto y ya la mayoría se había olvidado no sólo de los miles que quedaron a mitad de la vida, sino, aún peor, de los que seguían viviendo a pesar de la muerte.

Parece como si nada alcanzara, ni el dinero, ni el agua,  ni la vergüenza, ni siquiera  la suerte, ni siquiera el amor. 

Conozco a los haitianos conozco a las madres haitianas, madres como cualquiera, en extremo protectoras de su prole a la que cuidan y alimentan aún cuando las condiciones se tornen más difíciles que de costumbre.
Pero “mamita” como ellos acostumbran a decir en señal de cariño,  ya no está, y sus hijos, los niños y las niñas que vivieron a pesar de la muerte, ahora refugiados en diferentes campos creados al efecto, son víctimas del acoso sexual que alguien llama "prostitución a cambio de agua".
Palabras suaves si no llevaran en su entraña una carga insoportable de horror y espanto, de humillación, degradación y vergüenza no sólo para las víctimas sino para toda la humanidad.

Un informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) , reveló un año después de la catástrofe que  de cada  60 víctimas que atendieron en esta nación afectadas por la violencia sexual  el 97 por ciento eran mujeres jóvenes y niñas.

Cierto que no son pocos los esfuerzos de la solidaridad humana, UNASUR y los cubanos han dejado para siempre su impronta en apoyo al pueblo haitiano, vale reconocer otros países e instituciones, organizaciones no gubernamentales que extendieron y aún extienden la mano…

Mirar a Haití resulta incómodo, no es una simple isla absurdamente dividida, es el dolor de la violencia desatada por Henry Christopher , aquel   esclavo que se declaró rey en la temprana fecha de 1811 con su mezcla de admiración y odio a partes iguales por el francés opresor…. Es el orgullo de haber sido la primera República negra de este hemisferio y la  impotente contradicción de haber cedido al saqueo imperialista durante siglos para ser hoy el país mas pobre de occidente.

Todo tiene que ver, todo encaja en el oropel importado y el hierro de las cadenas, la prepotencia de las tropas de la ONU, la dictadura sangrienta de los Duvalier, los golpes de estado amparados por el imperio y las vueltas intermitentes a la democracia.
No basta entonces, la mirada ha de ser acción, acción desde la raíz y el dolor de un pueblo, la mano extendida también debe ser para ayudar a levantar al caído, devolverle su dignidad porque son heridas para las que nada alcanza, miserias ancestrales, vergüenzas milenarias para las que casi, casi nada alcanza.

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