viernes, 10 de febrero de 2012

La foto que nunca ví


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No me explico por qué nunca  se apareció y digo apareció porque esta imagen tiene la virtud de llegar como una visión…pero no, a pesar de que en mi desespero de saber todo de Haití, revisé, busqué, oí….
Sólo ahora, después de dos años del terremoto, llega de pronto ante mis ojos con toda la carga que es capaz de trasmitir. Es cierto que no necesita comentarios, que está ahí como un testimonio pavoroso, a la vez que alentador de una realidad que no ha variado mucho en el tiempo.
Pero tengo que confesar que desde mi dolor, esta foto me devolvió todas las imágenes, todos los recuerdos, todo el tiempo, todos los rostros, todas las sonrisas, toda la música, todo Haití con un ramalazo de espanto.
Mirándola camino por aquellas calles atestadas de Puerto Príncipe, y me sonrío en la memoria a saber con cuantos que yacen ya sin sonrisas, sin cantos, sin música.
Gentes con las que jugué muchas veces con palabras aprendidas al vuelo entre creole y español, mientras ellos reían, siempre reían a pesar de sus desgracias, de esta periodista que confundían con una médica cubana y esa era entonces la palabra mágica para ser bien recibida, en cualquier esquina, en cualquier comuna, en cualquier lugar.
Benditas entonces las manos y la inteligencia que fueron capaces de reflejar con tanta vida la espantosa realidad de los haitianos, porque también y con mucha fuerza reflejó lo que ese pueblo no perderá jamás: la esperanza.

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