miércoles, 5 de marzo de 2014

Hugo Chávez, un sueño compartido







El amor puede ser un sueño, que recorre el mundo en un vuelo de paz, puede ser un vendaval que arrastra consigo las mayores miserias, el desamparo, el hambre, la ignorancia …. Puede ser un brazo fuerte y vigoroso, un pensamiento abierto y libre que se alza contra la injusticia y vence las más duras batallas.
El amor puede ser un canto, una música de Dios salida desde el alma pura de un mortal que se reparte como el pan entre todos como hermanos, el amor puede llamarse Hugo y nacer en cualquier parte de América, de la América nuestra, golpeada y saqueada durante siglos, el amor puede tener entonces la sonrisa de un niño o de un anciano que aprendió a leer, o que vio por vez primera la libertad a la puerta de su casa.
El amor puede llamarse Chávez y repartirse como la lluvia en el corazón de todo un pueblo o de todos los pueblos…el amor puede ser una sonrisa, amplia y abierta y llegar al corazón de los humanos…
El amor puede llamarse entonces Hugo Chávez y ser un fuego redentor , un aviso , un mensaje, una palabra de aliento en medio del caos del planeta
El amor puede ser herido, castigado, lacerado, humillado y golpeado, pero siempre será un vendaval, siempre un brazo fuerte y vigoroso, siempre un pensamiento abierto y libre, siempre una música de Dios, siempre nacerá en cualquier parte, siempre será un niño, siempre la libertad, siempre una sonrisa, siempre un fuego redentor, siempre un aviso, un mensaje, siempre y para siempre un sueño compartido.


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