Las historias son la verdad –me dijo sabiamente un campesino
serrano-, las leyendas son mitad verdad y mitad mentira… y agregó como una
sentencia: …..los mitos son todo eso junto….
Las historias se van tejiendo con hilos invisibles, transitan vericuetos, agarran sueños, se ablandan con el rocío mañanero y luego se tensan con el sol, sueltan la piel de la leyenda y quedan transparentes brillando con luz propia, cegadora y mítica cual niños recién nacidos.
Pero no niños cualquiera, sólo niños parteados antes del amanecer, en el momento exacto en que Dios despierta y se le escapa del alma un suspiro profundo.
Pudiera ser casualidad,
más bien causalidad, diría yo como simple espectadora, pero lo cierto es que la
historia los escoge y los lleva a veces suavemente, a veces a tropezones por el
camino que teje las leyendas y los deja sin amparo posible, sin excusas, sin
evasivas ni escapatoria hasta el sendero de los héroes.
Eso no se sabe hasta que pasa, hasta que el héroe teje su propia
historia, con los hilos invisibles del tiempo, con los sueños del resto de los
mortales, hasta que se hace inmenso en la leyenda y entonces muere y vive,
suelta la piel y queda transparente, brillando con luz propia, cegadora y
mítica…. para siempre.¡
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