Pa qué
frío si no hay abrigo
Por Gloria
Guerrero
Un
mediodía, ya un poco lejano en el tiempo, llegué por razones de mi trabajo
reporteril a unas áreas de cultivo de arroz, ubicadas en la zona de Jucarito,
municipio de Río Cauto. El calor era espantoso y los obreros del lugar se
habían guarecido debajo de la carreta-comedor. También hizo lo mismo nuestro
equipo de televisión. Era el 17 de abril de 1999 y aunque en ese momento no lo
sabíamos , los termómetros estaban
marcando 38,8 grados Celsius, record nacional de calor.
Ese
recuerdo, grato pero sofocante, de mis andanzas de reportera, me hizo sonreír
esta tarde, cuando vi pasar por mi puerta personas bien abrigadas creo que
excesivamente porque aunque ha refrescado, aún no se puede decir que hace frío….
Es cierto que en estos días ha
disminuido un poco la temperatura en el oriente cubano, sólo un poco, digamos
que 29 grados Celsius, lo que ya es un alivio para quienes estamos habituados a
andar entre los 34, 35 y 36, como algo normal.
Pero
sucede que por esa misma razón es todo un acontecimiento y un motivo especial
para vaciar el guardarropa con seguro aroma a guardado, combinar chaquetas y
bufandas ahogadoras y darnos, sin dudas, un toque de elegancia invernal, aunque
mi vecina Mercedes, que no cree en ventoleras, se asome a su balcón y se ría
junto conmigo de algunas exageraciones de los transeúntes.
Según
pronostica nuestro Instituto de Meteorología y cito.:” A consecuencia del
efecto invernadero intensificado en la atmósfera terrestre, el clima de Cuba
será más cálido y extremo, mientras desde mediados del pasado siglo la temperatura media superficial del aire
en Cuba subió en 0.9 grados Celsius como promedio, incremento
favorecido por la elevación en alrededor de 1.9 de la mínima.”
Sin embargo, los orientales suspiramos por el frío,
quisiéramos que aquí “silbara el mono”, literalmente nos molesta que los
frentes fríos se disipen por allá por occidente, que los abrigos se nos pongan polillosos
en los armarios sin que se nos de un chance de anudarnos al cuello esa bufanda
linda que ya probablemente ni se usa.
Tiempo bueno para los enamorados, los que se acurrucan en los
parques aprovechando el céfiro, la brisita instántanea y efímera de estos días en
que se acercan además, las festividades de fin de año… así que a disfrutar lo
poco que nos llega, mientras tanto, yo seguiré riéndome de vez en cuando con mi
vecina Mercedes cuando dice: “Pa que frío, mujer, si no hay abrigo”
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