A 94 años del natalicio de la Heroina de la Sierra y el llano, Celia Sánchez Manduley
En plena primavera.
por Gloria Guerrero Pereda.
Sería preciso recordar ese dolor desgarrante que aquel nueve de mayo
barrió de los fatigados sentidos de Acacia Manduley, una mezcla de
aromas de mar y salitre y cerezos en flor....
Ese suspiro hondo, inevitable, que recorrió la casona del lejano pueblito oriental de
Media Luna, con su costa añejada de olas y gaviotas extraviadas.....
Ese dulce dolor que le traería a Celia en plena primavera, mientras los
caimitos del patio reventaban su pulpa azucarada sobre la tierra
húmeda...
Y creció la niña, como amasada por los olores del terruño y
a lo largo de una existencia que siempre nos parecerá efímera tuvo el
don de trocar la tristeza en sonrisas....
Cual huracán de fuego y
mieles convirtió la vida en batalla cotidiana... para ella el desvelo,
la más dura faena. y a cambio, en prenda, reclamó el silencio...
Ahora no es difícil reencontrarla en todas partes, aún en los caminos
neblinosos donde se escucha el trino de los tocororos, agrestes recodos
del helecho y de los manantiales...
El rostro de la gente se abre al
tinte acrisolado de la guerrillera, cuando la patria ruge y los pechos
devienen murallas de furia en defensa de la vida...
Aquí está, al
lado de las rosas, en la cruenta batalla contra las serpientes...sabe,
que tenemos en el punto exacto del colimador el corazón del enemigo y
que no habrá paz ni aliento ni reposo si intenta ensombrecernos....
Sería preciso recordar aquel dolor de mayo, aquella primavera que le dio
la bienvenida, aquel aroma de salitre y cerezos, aquel revetar de
caimitos sobre la tierra húmeda...
Ahora, cuando de nuevo abren las
flores y sigue brotando el agua de los mananatiales, renace, suave y
bravía, con esa insistencia de las mariposas, presta otra vez a desandar
su propia vida.
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