Soberanía e identidad: ni cambiable ni negociable
por: Gloria Guerrero
He
leido tantos comentarios, largas reflexiones y toda clase de opiniones
acerca de la visita de Obama a Cuba, claro que el mundo es diverso, las
personas, algunas para decir verdad, piensan, mientras otras son como
torres repetidoras. Lo que me extraña no
es lo que piensan y dicen los jovenes, en fin, la juventud siempre anda
de prisa y gracias a esa actitud es que la mayoría de las veces
logramos las mejores cosas. Se trata de personas con más experiencia,
que se supone tienen una visión más amplia, serena y aterrizada de la
vida que le rodea.... qué esperaban de la visita de Obama? que trajera
consigo una varita mágica? que tuviera otra actitud diferente a la que
tuvo? que nos acostemos siendo socialistas y nos despertemos siendo
capitalistas como sucedió en la antigua Unión Soviética? No es el caso.
Pienso que no es más que una visita de cortesía en medio de un camino de
intenciones buenas o malas de restablecer unas relaciones de amistad y
terminar de una vez con una guerra fría que ya duró demasiado. No creo
que se trate de olvidar el camino recorrido, ni de perdonar agravios, se
trata de establecer una relación limpia y sin trampas, de igual a
igual, sin transgresiones ni intromisiones, sin imposiciones, sabiendo
cada cual quien es, qué piensa, que atesora, que guarda y que
salvaguarda. Avanzar por un camino que se ha escogido por propia
voluntad implica riesgos, Estados Unidos puede tener sus intereses,
nosotros tenemos los nuestros, cambiar todo lo que deba ser cambiado no
es un slogan, es una realidad. Lo que no podemos es cambiar ni negociar
lo que no es ni cambiable ni negociable: nuestra soberanía ni nuestra
identidad.
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