La
patria es ara, no pedestal.
Por Gloria
Guerrero Pereda
Acabo
de leer un pequeño párrafo escrito por Raúl Antonio Capote que pienso es
necesario reiterar…. “El arte debe servir para enriquecer el alma de los seres
humanos, también para cuestionar, para increpar, debe combatir, transgredir,
debe atreverse a cruzar fronteras, romper esquemas, debe emocionar, alegrar,
entristecer, elevar, disgustar, violentar, pero cuando el arte se bastardea al
servicio de la infamia, cuando se pone al servicio de los peores planes de los
poderosos de este mundo, cuando sirve al dinero y se inclina ante el egoísmo,
cuando se entrega como arma en manos de quienes pretenden mancillar a un pueblo,
deja de ser, se convierte en triste espectáculo de feria barata.”
La
realidad de lo que pretende hacer Tania
Bruguera con su llamado performance
en nuestra histórica Plaza de la Revolución, no escapa a este bastardeo del que habla Capote, como tampoco
escapa a ese pensamiento incondicional de nuestro José Martí que da nombre a este trabajo. No es Cuba un
pedestal para servirse de ella, para querer denigrar las aspiraciones de una
nación bloqueada por más de 50 años por un vecino poderoso.
Pero
habría que ir un poco más profundo, Tania Bruguera se ha estado sirviendo de
las bondades de la Revolución durante toda su vida, aprovechando las
posibilidades que como todo cubano ha tenido a su disposición para estudiar en
nuestras excelentes instituciones, dar rienda suelta a su talento artístico y
ser acogida como un miembro más en esa emblemática y prestigiosa institución
que es la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.
Por si alguien no lo sabe aún, esta es su
trayectoria estudiantil:
Tuvo una fuerte
preparación académica antes de establecerse como una artista. De 1980
a 1983
estudió en la Escuela Elemental de Artes Plásticas 20 de Octubre
en La Habana, de 1983 a 1987 en la Escuela de Artes Plásticas San Alejandro
de La Habana y de 1987 a 1992 se
graduó de pintura en el Instituto Superior de Arte (ISA) de La
Habana.
Es así, pero como ven,
no es el agradecimiento a su patria y a
su Revolución lo que hoy mueve a esta artista
que estoy absolutamente segura no hubiese podido prepararse en las
mejores escuelas cubanas de arte si no hubiese nacido 9 años después del
primero de enero de 1959.
La vida es así, siempre
hay quien muerde la mano de quien le da de comer y este es otro caso muy
parecido, por no decir igual, al de la mercenaria Yoanis Sánchez.
Pero vayamos un poco más
allá, porque al final de este escrito
pienso que debemos llegar a una conclusión sólida respecto a Tania Bruguera…..
Ha sido criticada
duramente por los medios de comunicación masiva en todo el mundo por varias
acciones desde todo punto de vista
incorrectas… y cito: “En el VII Encuentro Hemisférico del
Performance que tuvo lugar en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad
Nacional de Bogotá sirvió cocaína en tres bandejas que ofreció al público
asistente, las bandejas de cocaína aparecieron llevadas por una
asistente de Bruguera, muchos miraron con recelo la acción y otros consumieron.
Varios artistas presentes salieron de la sala. Al final, el acto fue suspendido
por la Universidad y recibió la repulsa del público y de los medios masivos de
comunicación.
En otra de sus intervenciones, en la galería Tate de
Londres, llevó a un grupo de policías a caballo que acorralaron a los
asistentes y controlaron sus movimientos, en Autosabotaje, obra que presentó en
Venecia en el 2001, jugó a la ruleta rusa con una pistola, al cuarto intento,
levantó el arma y disparó, causando pavor en el público que había sido
convocado para escuchar una conferencia de la artista.
¿Y ahora que me
dicen? ¿ cuál es entonces su verdadero
propósito con su cacareado performance en nuestra mil veces
gloriosa Plaza de la Revolución de la Habana, presidida por el más universal de
los cubanos?
Nadie se deje engañar
por lo que realmente es Tania Bruguera. De hecho trata de boicotear lo
alcanzado durante 56 años de resistencia del pueblo cubano que recibe el fin
del bloqueo de pie y no de rodillas como ella quisiera. Y ahora
acompáñenme en esta conclusión: superó
con creces a la bloguera mercenaria, porque además, también está desquiciada.
Yo, como millones de
cubanos TAMBIEN EXIJO, exijo el derecho de preservar nuestra identidad, nuestros
logros, nuestras raíces, nuestra
cultura, nuestra independencia y nuestra soberanía, nuestro socialismo, nuestra
patria cubana como altar y no como pedestal.
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