Yolanda Aguilera Iglesias, Investigadora de nuestra historia local, me ha hecho llegar algunos de sus trabajos que por su importancia acojo en mi bloggs Yo Tengo de Bayamo.
Bayamo junto al pensamiento
de Albert Einstein
Autora
Yolanda Aguilera Iglesias
Benjamin Muñoz Ginarte
nace en Bayamo el 26 de mayo de 1869 y fallece el 1 de octubre de 1947.Bayamés
emprendedor músico, escritor, compositor, ingeniero civil, ingeniero agrónomo,
astrónomo y recibió un pergamino por su labor destacada en la rama de la
agronomía en Francia, estuvo junto a Einstein las 24 horas que pasó en Cuba en
el año 1930.
Los
recuerdos y la historia de nuestro Bayamo, colman con los años la copa de la
vida, con su carga de experiencias, dolores y alegrías; se afirman y conforman
las peripecias que se guardan en el cofre del tiempo, que son las puras
esencias de nuestra identidad.
Tomamos
de nuestras raíces las resonancias de hombres que nos identifican en nuestra
historia local y han dejado huellas, para seguir el camino con valores
objetivos de los símbolos; nuestro propósito, se dirige hacia la identificación
a través de la investigación sin tregua, para no dejar dormidos los perfiles
fuertes de personalidades en el anonimato.
Muñoz
Ginarte, hijo de Manuel Muñoz Cedeño, músico orquestador del Himno Nacional. Aquí
inicia su lucha con la suerte y por la vocación recóndita, en el afán de
agenciarse medios de subsistencia y no dependiendo por otra parte, de los
recursos que le suministro una docena de instrumentos musicales, y al
ejecutarlos magistralmente, asegura contratos y se lo discuten directores de
conjunto bailables en boga; gozando de juvenil plenitud audaz, quiere conocer
otras tierras, renovarse y viaja hacia La Habana, luego por Sudamérica,
incorporado de violín concertino en una compañía lírica de ópera italiana. La
empresa quiebra en el Perú y regresa a la patria, sacándole el retorno a las
cuerdas del violín salvador.
Desembarca
en Santiago de Cuba, donde por aquel entonces inicia una aventura, hacia La
Habana, con la resolución de progresar. Son los tiempos en que los cubanos sabían
que el ejercicio de las profesiones liberales otorgan fama y nombre asegurando
posibilidades económicas: además de músico en sus pensamientos estaba la posibilidad
de llegar hacer doctor. Ruda es la tarea, pues el hombre tiene familia; los
hijos pasan de la media docena y los ingresos no pueden venirle como el maná
del desierto, se integra al trabajo de músico, componiendo música de la liturgia y los graves acentos del canto
gregoriano, ocupase con su violín o en
los altos coros de los templos católicos en los contratos de las fiestas
solemnes. Reparte las horas del día entre ensayos, audiciones teatrales, su
puesto en la Banda Municipal de Música y los estudios de la segunda enseñanza;
en materia de economía para sostenerse junto con los suyos, realiza maravillas
de trabajo en el período de ocho años que duraron sus estudios, contrasta una
voluntad de acero indomable. Con el sueldo de profesor de Academia y Banda
mantiene su familia; con lo que le aporta la temporada de ópera y los carnavales,
paga sus estudios, además imparte clases particulares para continuar como
alumno de la Universidad, para hacerse Ingeniero Agrónomo. Culminando sus
estudios ingresó de Ingeniero Agrónomo en la Estación Agronómica de Santiago de
las Vegas, en la que se destaca por su destreza, pasa largas horas en la
biblioteca enterándose de cuanto se ha escrito con referencia a la materia agrícola
científica de Cuba, de tal manera que su autoridad en estas cuestiones no las
discute nadie en el país. Por el año 1917, inicia por campos y ciudades un
curso de conferencias de extensión de la cultura agrícola, y era de
contemplársele, en unión del sabio agrónomo alemán, doctor Alejandro Barthe,
pero había algo singular en él y era que
amenizaba la introducción de las conferencias con obertura de violín,
las disertaciones eran prácticas acerca de los sembradíos y cultivos
convenientes, predicando la diversificación de la producción nacional para no
depender solamente de la industria azucarera. Y nadie le aventajó en sus
planteamientos llenos de sabiduría. Benjamin era además escritor,
conferenciante, maestro masón fue autor de varios libros: presenta un tratado
de Agricultura Cubana, que constituye en este sector agrícola, una contribución
importantísima al acervo de la cultura
nacional, además formuló estudios sobre la Influencia de la Astronomía en el
libre pensamiento, y particularmente la tituló La Filosofía y la Guerra, en la que analiza al hombre desde el
punto de vista; como único sistema filosófico, a su modo de ser, que explica la
guerra. Aunque dedicado por entero al cultivo de la ciencia y acaso por eso, es
filosófico por temperamento. Su vocación es compartida con la Astronomía y la
música. Fue reconocido, por haber logrado comprender las ecuaciones de Lagrange,
en relación con el cálculo de las órbitas planetarias y cometarias.
Posee
una biblioteca particular clasificada por materias: Matemática, Astronomía,
Física, Química, Botánica, Geología, Filosofía, Sociología, Historia,
Agricultura, Zootecnia, Economía Política y Rural, Hacienda Pública y Música
para darle al espíritu lo suyo; toca el violín todos los días para soñar un
poco; y tosas las noches, antes de acostarse, observa el cielo. Fue reconocido
por grandes figuras, Benjamin fue un hombre esculpido a martillazos en cuarzo
de dureza diamantina, es sin embargo suave y de palabras reposadas, llena las
tallas de la inteligencia y el carácter. La Revolución contra el Presidente General
Machado, ni aun por tratarse de un ciudadano alejado de la política imperante,
dedicado a sus número y a sus estudios, dejó de hincarle la garra envenenada en
aquel pandemónium de injusticia, por el sólo hecho de haber servido a aquella
administración, como sirvió a los que la antecedieron, honradamente y fue
encerrado en la cárcel; se enfermó y los
pocos días de cautiverio los pasó en la enfermería del penal, leyendo la Teoría
de la Relatividad de Einstein. Fue sacado de la cárcel, por el ingeniero Rionda,
entonces secretario de la agricultura, y el Presidente de la República, coronel
Carlos Mendieta, le pidieron disculpas y ordenaron su reposición en el cargo de
Inspector General de Agricultura. Muñoz Ginarte fue escogido por el gobierno
para ir a México a estudiar el reparto de tierras y el funcionamiento de las
Asociaciones Cooperativas Agrícolas; producto de esos estudios fue el informe
que rindió al departamento y que fue tomado como guía para el Plan Trienal.
Benjamin
fue seleccionado para la atención de Albert Einstein en su breve visita a Cuba, donde Einstein Premio Nobel de Física, hombre de
talla universal, impartió conversatorios en
la Academia de Ciencias.